jueves, 19 de julio de 2012

Café, amor



El ruidillo de calor 
del agua a punto de hervor
es la música que avisa
la entera disposición
de mujer entusiasmada
a encontrarse con su amor:
un café seleccionado
fresco, apuesto, perfumado
un poco desesperado
le toca aguardar por ella
que caliente se acerca y lenta
a verterse por un lado
y humedece todo el polvo
que resultó de los granos


Y juntos se vuelven uno
ya se agitan, se menean
el agua por fin se pinta 
del convidado se impregna
el aroma canta, despierta
su fragancia me pasea
entra desde la nariz
hasta el cerebro me llena
imagino un primer sorbo
y la sed de ansiado encuentro
remoja mi paladar 
que quiere tenerlo dentro


El deseo pide favor 
a una taza encubridora
preste sagrado vientre 
para llevarlo a la boca
pruebo aroma de vapor 
y la boca se derrite
del preludio consumado
mi lengua se vuelve meta
degustándolo despacio 
sólo así, se complementa:
pareciera como el libro 
de buen lector en espera 
que al comenzar la lectura
ha cumplido el objetivo


Y reposado lo bebo
y me gusta que me quemo
no presto más atención
que a su sabor placentero
¿qué te trajo hasta mi boca?
¿te preparé con cuidado?
¡pero qué gran tontería!
esto es sólo resultado
de una tierra generosa
de las manos sembradoras
del calor del sol y agua
el esmero de tostarlo
eficaz tecnología
conservándolo muy fresco
al tiempo de saborear
me regocije leyendo


Yo miro una obra de arte
otros, su propia sombra
o simple sabor amargo
que no ha de alterar sus bocas...


Y a todo esto, pregunto 

¿prefieres lento saborearlo
te deleitas de su aroma
trago a trago lo disfrutas
o en apresurada rutina
lo sirves y sin demora
sencillamente lo tomas...?
¿prefieres lento saborearlo
te deleitas de su aroma 
trago a trago lo disfrutas
o en apresurada rutina
lo sirves y sin demora
sencillamente lo tomas...?

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